CASOS SIN RESOLVER: LA DESPARACIÓN DE DAVID GUERRERO GUEVARA, EL NIÑO PINTOR DE MÁLAGA

En abril se cumplirán 35 años de la desaparición de David Guerrero Guevara, más conocido como El Niño Pintor de Málaga, protagonista de una de las desapariciones más inquietantes de nuestra historia. Recuerdo haber oído hablar de este caso cuando era niña, en Quién sabe Dónde y hace unas semanas volví a conectar con él casi por casualidad. Y me quedé de piedra al descubrir las averiguaciones sobre el caso que se han producido en los últimos años. Os cuento.

El 6 abril de 1987 David tenía una cita importante: Su cuadro “El Cristo de la buena madre” estaba siendo expuesto en la Galería la Maison, en Málaga, y el periodista Paco Fadón iba a entrevistarlo para Radio Popular aquella tarde. Se trataba de su primera entrevista y David había pasado el día bastante nervioso. Como sus padres no podían llevarlo a la cita, le explicaron paso a paso qué autobús debía tomar y dónde debía bajarse para llegar a la galería. Pero David jamás llegó a su destino. Tras la entrevista, David tendría que haber ido a las clases de pintura que tomaba en la peña El Cenachero. Hasta allí se acercó su padre, quien, como tantas veces, acudió a recogerlo. Pero esta vez David no estaba. Tampoco había llegado a casa. Fue entonces cuando la policía decide denunciar su desaparición en la comisaría más cercana. Ya os aviso, le pese a quien le pese, de que los investigadores que llevaron el caso de David no eran los lápices más afilados del bote. Lo primero que pensó la policía es que se trataba de una desaparición voluntaria: David era un adolescente, quizá se había escapado, quizá había ido de fiesta con unos amigos…pero sus padres insistían una y otra vez que David no se iría voluntariamente: apenas tenía amigos y prefería pasar su tiempo libre en casa pintando y dibujando. Además, la relación con sus padres y hermanos era excelente. Pronto la hipótesis de la desaparición voluntaria fue descartada, no sin antes preguntar a su entorno sobre alguna información que pudiesen aportar sobre David. No había mucho que decir pero, por si pudiera ser relevante, su compañera de colegio Gemma Calderón entregó a la policía una caricatura que David había realizado y le había regalado.

 La hipótesis del secuestro fue también desechada. En primer lugar porque no habían pedido rescate y en segundo lugar porque ese día, Málaga era un hervidero: la ciudad se preparaba para la visita de la Reina Sofía y las calles estaban abarrotadas de policías y miembros de seguridad, por lo que era altamente improbable que alguien se llevase a un niño a la fuerza. Después de investigar (no mucho, todo hay que decirlo) la policía llegó a la conclusión de que David desapareció a 250 metros de su casa, concretamente en la parada del Mercado Huelin y su caso fue declarado por la Interpol como “desaparición extrema”. Tras meses sin saber nada de David, se organizó en las calles de Málaga una manifestación que exigía nuevos avances en la investigación. Pero nada ocurrió. Se recibieron llamadas y pistas que no condujeron a ninguna parte. Hasta un año después, cuando un matrimonio contactó con la policía para informar de que habían visto a un niño parecido a David pintando en la calles de Lisboa. No habían sido los únicos y los investigadores llegaron a acudir a la capital lusa para comprobar en persona que no se trataba de David. La hipótesis de que el niño había secuestrado por una banda de falsificadores de obras de arte cobró fuerza durante una temporada. En 1990, tres años después de la investigación, llegaría una nueva pista: una camarera de piso de un hotel de la Malagueta informó a los investigadores de que en abril de 1987 encontró en una de las habitaciones una servilleta con una anotación que decía: “David Guerrero. Huelin”. Siguiendo esta pista, la policía encontró al hombre que había estado alojado en esa habitación. Se trataba de un ciudadano suizo llamado Rudolf, aficionado a la fotografía, que había muerto el mismo año de la desaparición de David. Aparentemente no había ninguna conexión entre ellos pero lo cierto es que el parecido entre el retrato que os he enseñado antes y este hombre es asombroso. Esa vía de investigación se cerró pronto al no encontrar ninguna pista.

Y el caso pasó a estar paralizado. Era reflotado una y otra vez gracias al programa Quién Sabe Dónde, un conocido programa sobre desapariciones de los años noventa, pero finalmente el caso fue archivado en julio de 1996.

Para la familia de David los investigadores no habían hecho lo suficiente, así que su hermano mayor Jorge Guerrero y el periodista Daniel Carretero empezaron a investigar el caso en 2018, haciendo el trabajo que la policía debió hacer en su momento. Y descubrieron varias cosas. Una de ellas es que la policía, por algún motivo, situó la desaparición de David en la parada de autobuses, ignorando que había testigos que lo habían visto en el autobús. Es más, cuando siguieron investigando descubrieron que David sí llegó ese día a la galería La Maison. No llegó a tiempo para la entrevista y en aquel momento Paco Fadón ya se había marchado pero sí vio a Rafael Jaime Calderón, un pintor malagueño que afirmó ante la policía y en varias ocasiones que ese mismo día David estuvo en la galería y se dirigió hacia sus clases de pintura en la peña El Cenachero. Marisa Sicsú, hija del por entonces presidente de la peña El Cenachero, declaró que el niño había llegado a la peña y fue visto en las escaleras que subían hacia las clases de pintura, a donde nunca llegó. Así, con toda esta información que la policía ignoró la hipótesis cambia por completo: David sí habría llegado a tomar el bus aquel día, pero había llegado tarde. Y sí habría llegado a la peña El Cenachero, pero algo ocurrió en aquellas escaleras que subían hasta el piso donde se daban las clases de pinturas. Lo que cree su familia, es que alguien se acercó a David y lo engañó para que se fuese con él, quizás diciéndole que sus padres lo buscaban o que les había pasado algo y lo hizo desaparecer. Pero la cosa no queda aquí. En 2018 la madre de David recibe un anónimo que dice lo siguiente: “pídeles que pongan la lupa sobre aquel lugar, en la gente que en su día formó parte de la Peña El Cenachero (…) Los culpables están allí”. El anónimo menciona a un tal Gervasio y señala que éste, con juntos otras personas, sería el responsable de la desaparición de David. Siguiendo esta pista, Jorge y David dieron con seis testigos que conocieron a Gervasio pero nadie sabía nada sobre sus apellidos o paradero, por lo que la investigación quedó en punto muerto. Hasta octubre de 2019, cuando Gemma Calderón, abre el buzón de su casa y se encuentra con el retrato que David Guerrero le había regalado. No se trataba de ninguna copia. Era, ni más ni menos, que el original. ¿Cómo llegó el retrato hasta ahí? ¿Quién lo ha tenido todo este tiempo si fue entregado a la policía? ¿Es relevante para el caso o intentan distraer la atención? ¿Se logrará saber algún día la verdad? Espero, de verdad que sí. Y hasta aquí el caso de hoy. Espero que os haya gustado. Os dejo la información que he utilizado para hacer el hilo. Hay mucha pero la más relevante es la siguiente:

https://elcierredigital.com/investigacion/958968685/dibujo-david-guerrero-nino-pintor-malaga-aparece-buzon-companera.html

Publicado por veganibalecter

Como perder el tiempo en twitter no me parecía suficiente...decidí abrirme este blog. Aquí encontraréis (en otro formato) mis hilos sobre cine, historia, literatura, sociología...

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